Hebreos 9.27

"Y así como todos han de morir una sola vez y después vendrá el juicio".

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La resurrección Por: José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

La resurrección

Por: JOSÉ MANUEL OTAOLAURRUCHI L.C.

La resurrección de Lázaro es uno de los milagros más asombrosos del evangelio. Cuando Jesús llegó a Betania, Martha y María le advierten al Maestro que su hermano Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Curar enfermos y multiplicar los panes hasta cierto punto resulta inteligible, ¡pero resucitar muertos! Lo interesante es que no fue un hecho aislado, sino que también resucitó a la hija de Jairo, una niña de 12 años de edad y al hijo de la viuda de Naím. En las tres ocasiones Jesús los resucita con plena seguridad y mandando sobre la muerte: "Niña, a ti te hablo, ¡levántate! Lázaro, ¡sal fuera!

La resurrección de Lázaro nos incumbe por dos motivos: el primero, porque tarde o temprano moriremos y el segundo, porque no será un morir absoluto, la aniquilación total de nuestro ser, como sucede con los animales, sino que nuestro espíritu pervivirá por ser incorruptible. Nos interesa saber cómo será esto ya que a la muerte llegamos solos, sin nadie que nos acompañe, no existen guías turísticas ni estará Caronte para atravesarnos en su barca por el módico precio de un óbolo.

En el cielo no hay comunismo

"Está decretado que los hombres mueran una sola vez y después de lo cual vendrá el juicio" (Heb. 9,27). En el juicio, cada uno rendirá cuenta a Dios de sus propios actos" (Rom. 14,12). San Pablo zanja de un plomazo cualquier vestigio de metempsicosis, de teoría reencarnacionista o de transmigración de las almas, como lo muestra erróneamente la película 'Avatar'. Nada de andar incursionando en otros cuerpos, la vida es una y se vive una sola vez, por eso hay que aprovechar cada instante porque el minuto que pasa, no vuelve. Cada instante es una oportunidad para amar. El tiempo es un talento que debemos hacer producir. El papa Benedicto XVI, en su encíclica 'Spe Salvi' no. 44, nos deja claro que en el cielo no hay comunismo y que cada uno recibirá el premio de acuerdo con los méritos alcanzados. "El juicio no es una imagen terrorífica, sino una imagen llena de esperanza porque nos asegura el triunfo de la justicia. Dios es justicia y crea justicia".

Recibiré según los méritos

Jesús resucita a Lázaro para mostrarnos que tiene el poder sobre la vida y la muerte. En el último día nos llamará por nuestro nombre y nos mandará salir del sepulcro. Lo confirma con su propia resurrección: "Tengo poder para entregarla y poder para recobrarla de nuevo" (Jn. 10,18). Esta realidad nos hace vivir con responsabilidad, con sentido de eternidad, conscientes de que mis actos no son indiferentes ante Dios. Seré premiado según los méritos adquiridos por el amor, la justicia y la verdad.

Tomado de: Aquí

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