EL DIEZMO

EL VERDADERO SENTIDO DEL DIEZMO

El devolver a Dios el diez por ciento del ingreso que recibimos es una práctica antiquísima que comenzó en los tiempos de Melchizedek, Rey de Salem, a quien Abraham le entregaba el diezmo de todo lo que poseía. El retribuirle a Dios el 10% de todo el dinero que recibimos en agradecimiento y para promover el mensaje de amor y paz en el mundo, es una manera científica de afirmar su presencia en nosotros y la seguridad en la Provisión infinita e inagotable de Dios, nuestra única fuente de dinero. Dar es parte de nuestra alabanza y acción de gracias al Padre que se extiende a todo y a todos.

Sin embargo, es importante estar alerta de que no practiquemos el diezmo para tener más dinero, sino que lo hacemos por un profundo sentimiento de agradecimiento a Dios por toda la abundancia que nos regala.

El resultado más impresionante de este acto de gratitud es el aumento en paz, en amor y sanación. Este aumento en bienes mentales y espirituales se manifiesta en un corazón alegre y una fortaleza inmensa que nos capacita para hacer los cambios externos requeridos sin miedo y totalmente seguros de la presencia del Padre en nosotros. Las leyes espirituales de la abundancia son gobernadas por el orden y la armonía. Si nosotros nos ponemos en armonía con esta ley, nos aseguramos un ingreso abundante de dinero, porque establecemos el contacto con la energía de amor de Dios de la cual tenemos el poder de manifestar lo que queremos en el plano físico. Esto incluye abundancia material para vivir con un gran bienestar.

El diezmo es un plan seguro para aumentar nuestros ingresos. Si utilizamos el diezmo también con nuestro tiempo, dedicando dos horas diarias a nuestro trabajo de sanación. En el silencio, la voz de Dios, nos revelará la forma más fácil y eficaz de laborar con un presupuesto adecuado y una excelente remuneración. Nos daremos cuenta como nos convertimos en expertos del manejo creativo de nuestro tiempo.

El acto de practicar el diezmo nos moverá internamente a dedicar una parte de nuestro tiempo a dar un servicio verdadero y desinteresado.

¿POR QUÉ EL DIEZ POR CIENTO?

El 10 era considerado en la antigüedad como el número milagroso del aumento. El diezmo es una práctica espiritual antiquísima entre los árabes, babilonios, persas, egipcios, griegos, romanos y chinos.

La ley antigua consiste en reconocer que la verdadera prosperidad tiene una base espiritual porque es el reconocimiento de que no hay separación entre el espíritu y la materia. El dinero es meramente nuestro pensamiento materializado. Si nuestro pensamiento es egoísta tendremos escasez de dinero o tendremos abundante dinero pero éste nos traerá separación, conflicto, dolor, sufrimiento, y miedo.

Dios es la fuente de nuestra abundancia, nuestro cuerpo, profesión, educación, trabajo y personas con quienes nos relacionamos son meramente canales e instrumentos de nuestra prosperidad. Por lo tanto, lo único que cada persona necesita para prosperar, es mantener la conexión continua con la fuente de toda abundancia y de toda provisión.

Al compartir nuestra riqueza física comienza un proceso de aumento y cuando establecemos un sistema ordenado de compartir se establece un aumento sistemático de nuestros bienes materiales.

Jacob, en una situación económica difícil, hizo un trato con Dios: Génesis 28,20-22: “de todo lo que Tú me des yo te devolveré el 10%”. Y Jacob se convirtió en uno de los primeros ricos del génesis.

Cuando practicamos el diezmo nos asociamos con Dios, no sólo en los negocios sino en el 100% de nuestras vidas y reconocemos que prosperar no consiste en conseguir sino que está basado en compartir armoniosamente. La verdadera prosperidad incluye sobre todo la paz interior, un cuerpo sano y relaciones santas.

El diezmo aleja de nosotros a todas las experiencias, cosas y personas que no nos ayudan a prosperar porque al hacerlo abrimos nuestra mente a la bondad del universo, al amor infinito, a la vida eterna, a la sabiduría.

“Tú eres un ser superior divino, hecho a imagen y semejanza de Dios, por eso el Padre se regocija en multiplicar tu bienestar y tu prosperidad como expresión ilimitada de su amor”.

El diezmo es un acto de fe hasta que comienza a verse físicamente los resultados. La fe en Dios y tus hermanos te hace prosperar y pone en movimiento la sustancia universal a través de ti. Aquél que practica el diezmo por fe, naturalmente será bendecido y sus problemas resueltos.

La Biblia en Malaquías 3.10; nos asegura que quien práctica el diezmo será próspero, protegido y bendecido al igual que al recipiente del diezmo. Se dice que quien diezma prosperará diez veces más rápido y diez veces más fácil. Empero es importante hacerlo con amor y gran humildad.

José Escobar Pbro.