"El Señor es mi pastor; nada me falta".
Minutos de Amor 23 de mayo de 2007
Jesús encomienda al Padre la vida de los suyos, que “no son del mundo”. Esto no significa que no sean personas como todas las demás, sino que los criterios y la manera de entender la vida de aquellos que siguen a Jesús, no son los criterios ni las maneras que usan los hombres habitualmente en sus decisiones y opciones. La manera del mundo no es la manera del amor evangélico, eso lo sabemos todos perfectamente. La manera del mundo es la del poder de unos y el sometimiento de otros, la ley del que más puede. La manera del mundo es la del pez grande que se come al pequeño, por eso dijo una vez Jesús que estamos como corderos en medio de lobos.
Los discípulos de Jesús somos del mundo pero vivimos como si no fuéramos del mundo, porque sabemos que la última palabra no la tiene nada de lo que dejamos en este mundo que, por cierto, ha sido creado para que seamos felices en la hermandad y que, por no seguir los criterios del Evangelio, esa hermandad brilla por su ausencia.
Oración: Dios Padre nuestro, Jesús se puso habitualmente en oración contigo, hablándote y escuchándote. En unión con Jesús lo podemos todo y tenemos la oportunidad de estar contigo para que nos consagres en tu Consagrado. De esa manera podremos ser testigos de una nueva forma de ver el mundo, con los nuevos criterios del Evangelio.
María, nuestra Madre, tú eres la criatura consagrada por Dios-Trinidad, tú puedes seguir dándonos a nuestro Señor como nos lo diste en la gruta de Belén. Que seamos capaces de recibirlo del mismo modo que tú lo hiciste. Amén