Es Dios mismo quien permanece, es Dios Espíritu Santo quien hace permanecer a Cristo Resucitado entre nosotros, el que nos enseña y nos recuerda todo lo que necesitamos para poder seguir vinculado y unidos a la vida del Resucitado, el que hace que permanezcamos en esa vida Resucitada. Seguro que usted, ha sentido tantas veces esas ansias de vida en el Señor, y que tiene para contar momentos en los que la vida le ha ido llevando sin que usted sepa por qué; seguro que ha tenido la sensación de que ni siquiera, en ciertas situaciones, ha podido coger su vida con sus propias manos y ha sentido como una fuerza que impulsa sin saber desde dónde. Si usted hace un repaso de la historia de su vida se dará cuenta que hasta parece mentira haber vivido lo que ha vivido y llegar a donde ha llegado. Cuando usted sienta que todo eso no lo puede explicar, sepa que el Espíritu Santo le va llevando por la vida del Resucitado hacia el Amor de Dios nuestro Padre.
Oración: Padre, gracias por las maravillas que nos estás haciendo vivir. Y gracias también porque podemos agradecerte desde el empuje que nos da el Espíritu, el empuje de la oración y del encuentro contigo siempre unidos a nuestro Hermano y Señor Jesucristo, tu amado Hijo.
María, nos acogemos a Ti que quisiste y supiste dejarte llevar al entregar todo tu ser al proyecto salvífico del Padre. Tú sabes lo que somos y lo que necesitamos de Ti. Amén
Oración: Padre, gracias por las maravillas que nos estás haciendo vivir. Y gracias también porque podemos agradecerte desde el empuje que nos da el Espíritu, el empuje de la oración y del encuentro contigo siempre unidos a nuestro Hermano y Señor Jesucristo, tu amado Hijo.
María, nos acogemos a Ti que quisiste y supiste dejarte llevar al entregar todo tu ser al proyecto salvífico del Padre. Tú sabes lo que somos y lo que necesitamos de Ti. Amén