Isaías 53.4-5

"Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado. Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud".

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Minutos de Amor 19 de mayo de 2007

“Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre; pidan y recibirán, para que su alegría sea completa”. ¡Dios mío, cuántas veces pedimos a Dios! ¿Y cuántas de ellas lo hacemos en nombre de Jesús? Nos quejamos, no pocas veces, de que Dios no se acuerda de nosotros en nuestras necesidades, porque sentimos que no se cumple aquello que nosotros queremos que se cumpla. Cuidado, porque de este modo podemos caer en la tentación de querer hacer a Dios a nuestra imagen cuando en realidad es todo lo contrario: nosotros somos imagen de Dios. Pedir en el nombre de Jesús es, entre otras cosas, saber pedir como Él pidió estando en la tierra. El momento clave, para saber pedir, es su oración de petición en Getsemaní, metido entre olivos, angustiado por lo que se le venía encima y solicitando al Padre que si fuera posible apartara aquel trago amargo de su vida, pero que lo que Él deseaba, con todas sus ansias, era cumplir el deseo de Aquel a quien dirigía su oración.

En esa misma oración tuvo que comprender que el deseo del Padre no era su sufrimiento, pero sí la salvación de todos los hombres, que tendría lugar en su persona a través de un camino lleno de dolores. Y, después de esa oración, es cuando decididamente afronta algo que le producía un tremendo desgarro. Y a lo largo de su vida, ¿cuántas veces pidió para sí mismo? Las peticiones al Padre siempre son para los demás y cuando le pide que le glorifique es precisamente para que todos nosotros seamos salvados. ¿Qué será entonces pedir en nombre del Señor? Será pedir con sus mismos sentimientos y con sus mismas actitudes. Miremos cómo está nuestra vida porque es posible que “hasta ahora no hayamos pedido en su nombre” y tengamos que hacerlo a partir de ahora para saber a ciencia cierta, que si así lo hacemos, tenemos la garantía de que recibiremos lo que hemos solicitado.

Oración: Padre, venimos a pedirte como tantas otras veces. Pero en esta ocasión no queremos que sea como otras, deseamos pedir en nombre de tu Hijo Jesucristo.

María, ¿tú que pedías y cómo lo hacías cuando estabas en este mundo? Sabemos que en todo quisiste hacer la voluntad del Padre y también que no siempre te fue fácil llevarlo adelante. Hoy, más que pedir, ponemos nuestra vida al cobijo de tu manto para que nos presentes ante tu Amado Hijo. Amén

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CONSAGRACIÓN AL CORAZON DE JESÚS

CONSAGRACIÓN
AL CORAZON DE JESÚS


Te saludamos
Corazón admirable de Jesús;
Te alabamos,
Te bendecimos,
Te glorificamos,
Te damos gracias,
Te ofrecemos nuestro corazón,
Te lo entregamos y consagramos;
Recíbelo y poséelo entero;
Purifícalo, ilumínalo y santifícalo;
A fin de que vivas y reines
En él perpetuamente.
Amén



DOMINGO
CULTO DE ADORACION

Señor nuestro Jesucristo, en unión contigo deseamos adorar a Dios, nuestro Padre, en nombre de toda la creación.

Queremos, hoy, manifestar, públicamente nuestra adoración filial, en especial durante la asamblea de nuestra comunidad. En unión con María Santísima, te rogamos sobre todo por los que no conocen a Dios, nuestro Padre, y por los que se han olvidado de su amor.

Corazón de Jesús,
Templo Santo de Dios,
ten piedad de nosotros.


LUNES
CULTO DE AMOR

Señor nuestro Jesucristo, enséñanos a ser mansos y humildes de corazón para amar a nuestros hermanos como tú nos amas y transformar toda nuestra vida en una continua entrega a los demás.

Queremos, hoy, vivir intensamente esa entrega al servicio de nuestra comunidad. En unión con la Virgen, nuestra Madre, te rogamos en especial por el Papa, los Obispos, los Sacerdotes y los Misioneros, que tienen la vocación de unir a toda la humanidad en el amor.

Corazón de Jesús,
lleno de bondad y de amor,
ten piedad de nosotros.


MARTES
CULTO DE AGRADECIMIENTO

Señor nuestro Jesucristo, unidos a Ti, queremos dar gracias al Padre por el don de la fe y por tantos favores que nos brinda cada día. Danos la sencillez del niño para reconocer las maravillas que Dios hizo en nosotros y vivir en la alegría de los salvados.

Queremos, hoy, renovar nuestra fidelidad a los compromisos de nuestro bautismo. Como la Virgen en su Magnificat, y en unión con ella, queremos cantar las glorias de Dios por medio de nuestro apostolado. Te rogamos por todos los que trabajan al servicio de la Iglesia, para que perseveren en su misión de enviados de Dios.

Corazón de Jesús,
de cuya plenitud todos hemos
recibido, ten piedad de nosotros.


MIÉRCOLES
CULTO DE ESPERANZA

Señor nuestro Jesucristo, Tú eres Camino, Verdad y Vida. Enséñanos a llevar a todos los hombres un mensaje de esperanza, principalmente a quines buscan el sentido de su vida y a los que sufren en condiciones de vida inhumanas.

Queremos, hoy, aceptar con paciencia los sufrimientos morales y físicos que se nos presenten para purificar nuestras almas y avanzar en el camino de la santidad. En unión con l Virgen de los Dolores, te rogamos por los moribundos, los enfermos y los oprimidos, para que tengan fuerza de espíritu y sepan transformar sus dolores en instrumentos de liberación.

Corazón de Jesús,
salvación de los que en Ti esperan,
ten piedad de nosotros.


JUEVES
CULTO DE ORACION

Señor nuestro Jesucristo, recordando tu invitación a orar sin cesar, nos unimos a tu oración sacerdotal para ofrecerte este día con sus alegrías y penas, sus trabajos y descansos, y transformarlo todo en una oración continua a nuestro Padre del Cielo.

Queremos, hoy, fortalecer nuestra fe y comunicarla a quienes ponen su confianza en las vanidades del mundo, despreciando el valor de la oración. Como la Virgen en el Cenáculo, te expresamos nuestra confianza y en unión con ella, te rogamos por la gran familia cristiana, para que sepa apreciar mejor el valor de la oración.

Corazón de Jesús,
rico para todos los que te invocan,
ten piedad de nosotros.


VIERNES
CULTO DE JUSTICIA

Señor nuestro Jesucristo, contemplando tu Corazón abierto por la lanza, deseamos “completar en nuestra carne lo que falta a tu Pasión”. Danos la valentía de reparar nuestras propias injusticias y las de nuestros hermanos.

Queremos, hoy, reconocer las injusticias que se cometen en nuestra comunidad y luchar por la liberación de todos los hijos de Dios. En unión con Nuestra Señora del Sagrado Corazón, te rogamos por nosotros, pecadores, para que sepamos salir de nuestros egoísmos y buscar la felicidad de nuestros hermanos.

Corazón de Jesús,
asilo de justicia y de amor,
ten piedad de nosotros.


SÁBADO
CULTO DE UNION

Señor nuestro Jesucristo, hacemos nuestra tu oración al Padre para que seamos UNO y que el mundo reconozca que Dios está en medio de nuestra comunidad. Ayúdanos a fortalecer la unión entre nosotros.

Queremos, hoy, acabar con todo rencor y reconciliarnos con nuestros hermanos por medio de verdaderos gestos de amistad. En unión con la Virgen, nuestra Madre, te rogamos por las comunidades cristianas, para que vivan como hermanos en la unidad de tu amor.

Corazón de Jesús,
paz y reconciliación nuestra,
ten piedad de nosotros.


Acuérdate, Nuestra Señora del Sagrado Corazón, de las maravillas que Dios hizo en ti. Te escogió como Madre de su Hijo, a quien seguiste hasta la cruz. Te glorificó con Él, escuchando con agrado tus plegarias por todos los hombres.

Con más confianza en el amor del Señor y en tu intercesión, venimos contigo a las fuentes de su corazón, de donde brotan para la vida del mundo la esperanza y el perdón, la fidelidad y la salvación.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, tú conoces nuestras necesidades: habla al Señor por nosotros y por todos los hombres. Ayúdanos a vivir en su amor; para eso, alcánzanos las gracias que le pedimos y las que nos son necesarias. Tu petición de Madre es poderosa: que Dios responda a nuestra esperanza. Amén.

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Malaquías 3.10

“Traigan su diezmo al tesoro del templo, y así habrá alimentos en mi casa. Pónganme a prueba en eso, a ver si no les abro las ventanas del cielo para vaciar sobre ustedes la más rica bendición”.

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EL DIEZMO

EL VERDADERO SENTIDO DEL DIEZMO

El devolver a Dios el diez por ciento del ingreso que recibimos es una práctica antiquísima que comenzó en los tiempos de Melchizedek, Rey de Salem, a quien Abraham le entregaba el diezmo de todo lo que poseía. El retribuirle a Dios el 10% de todo el dinero que recibimos en agradecimiento y para promover el mensaje de amor y paz en el mundo, es una manera científica de afirmar su presencia en nosotros y la seguridad en la Provisión infinita e inagotable de Dios, nuestra única fuente de dinero. Dar es parte de nuestra alabanza y acción de gracias al Padre que se extiende a todo y a todos.

Sin embargo, es importante estar alerta de que no practiquemos el diezmo para tener más dinero, sino que lo hacemos por un profundo sentimiento de agradecimiento a Dios por toda la abundancia que nos regala.

El resultado más impresionante de este acto de gratitud es el aumento en paz, en amor y sanación. Este aumento en bienes mentales y espirituales se manifiesta en un corazón alegre y una fortaleza inmensa que nos capacita para hacer los cambios externos requeridos sin miedo y totalmente seguros de la presencia del Padre en nosotros. Las leyes espirituales de la abundancia son gobernadas por el orden y la armonía. Si nosotros nos ponemos en armonía con esta ley, nos aseguramos un ingreso abundante de dinero, porque establecemos el contacto con la energía de amor de Dios de la cual tenemos el poder de manifestar lo que queremos en el plano físico. Esto incluye abundancia material para vivir con un gran bienestar.

El diezmo es un plan seguro para aumentar nuestros ingresos. Si utilizamos el diezmo también con nuestro tiempo, dedicando dos horas diarias a nuestro trabajo de sanación. En el silencio, la voz de Dios, nos revelará la forma más fácil y eficaz de laborar con un presupuesto adecuado y una excelente remuneración. Nos daremos cuenta como nos convertimos en expertos del manejo creativo de nuestro tiempo.

El acto de practicar el diezmo nos moverá internamente a dedicar una parte de nuestro tiempo a dar un servicio verdadero y desinteresado.

¿POR QUÉ EL DIEZ POR CIENTO?

El 10 era considerado en la antigüedad como el número milagroso del aumento. El diezmo es una práctica espiritual antiquísima entre los árabes, babilonios, persas, egipcios, griegos, romanos y chinos.

La ley antigua consiste en reconocer que la verdadera prosperidad tiene una base espiritual porque es el reconocimiento de que no hay separación entre el espíritu y la materia. El dinero es meramente nuestro pensamiento materializado. Si nuestro pensamiento es egoísta tendremos escasez de dinero o tendremos abundante dinero pero éste nos traerá separación, conflicto, dolor, sufrimiento, y miedo.

Dios es la fuente de nuestra abundancia, nuestro cuerpo, profesión, educación, trabajo y personas con quienes nos relacionamos son meramente canales e instrumentos de nuestra prosperidad. Por lo tanto, lo único que cada persona necesita para prosperar, es mantener la conexión continua con la fuente de toda abundancia y de toda provisión.

Al compartir nuestra riqueza física comienza un proceso de aumento y cuando establecemos un sistema ordenado de compartir se establece un aumento sistemático de nuestros bienes materiales.

Jacob, en una situación económica difícil, hizo un trato con Dios: Génesis 28,20-22: “de todo lo que Tú me des yo te devolveré el 10%”. Y Jacob se convirtió en uno de los primeros ricos del génesis.

Cuando practicamos el diezmo nos asociamos con Dios, no sólo en los negocios sino en el 100% de nuestras vidas y reconocemos que prosperar no consiste en conseguir sino que está basado en compartir armoniosamente. La verdadera prosperidad incluye sobre todo la paz interior, un cuerpo sano y relaciones santas.

El diezmo aleja de nosotros a todas las experiencias, cosas y personas que no nos ayudan a prosperar porque al hacerlo abrimos nuestra mente a la bondad del universo, al amor infinito, a la vida eterna, a la sabiduría.

“Tú eres un ser superior divino, hecho a imagen y semejanza de Dios, por eso el Padre se regocija en multiplicar tu bienestar y tu prosperidad como expresión ilimitada de su amor”.

El diezmo es un acto de fe hasta que comienza a verse físicamente los resultados. La fe en Dios y tus hermanos te hace prosperar y pone en movimiento la sustancia universal a través de ti. Aquél que practica el diezmo por fe, naturalmente será bendecido y sus problemas resueltos.

La Biblia en Malaquías 3.10; nos asegura que quien práctica el diezmo será próspero, protegido y bendecido al igual que al recipiente del diezmo. Se dice que quien diezma prosperará diez veces más rápido y diez veces más fácil. Empero es importante hacerlo con amor y gran humildad.

José Escobar Pbro.

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Romanos 8.28

“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito”.

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ORACION DE SANACION

ORACION AL PADRE

Padre, me pongo en tus manos
haz de mi lo que quieras,
sea lo que sea… te doy las gracias,
estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo…
con tal que tu voluntad
se cumpla en mi y en todas tus criaturas.
No deseo más Padre.
Te confío mi vida, te la doy
con todo el amor de que soy capaz,
porque te amo y necesito darme a Ti,
ponerme en tus manos,
sin limitaciones, sin medida,
con un confianza infinita,
porque tu eres mi Padre y me amas.

(Repetir mentalmente, varias veces:
Dios Padre me ama.)


ORACION AL HIJO

Cristo está conmigo,
junto a mi va el Señor.
Me acompaña siempre
en mi vida hasta el fin.

(Repetir mentalmente, varias veces:
Jesús me ama.)


ORACION AL ESPIRITU SANTO

Ven Espíritu santo, lléname
con la abundancia de tus dones
y enciende en mi el fuego de tu amor.

(Repetir mentalmente, varias veces:
El Espíritu santo me ama.)

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