La semilla es la Palabra de Dios que se va sembrando en el mundo por todas partes, a hombres buenos y malos, en lugares apropiados, pero también sobre las piedras, sobre las zarzas, sobre los caminos. Entender la Palabra se da por dos causas: primero, por la acción del Espíritu de Dios que habita en nosotros desde el día de nuestro bautismo y segundo, por el esfuerzo personal que hacemos de leer, de estudiar, de abrir el corazón y la mente a la escucha de la Palabra de Dios. La acción del Espíritu Santo no se da únicamente por la escucha individual de la Palabra, sino sobre todo, por la proclamación que de ella se hace a la comunidad y por la explicación y aplicación que hace la Iglesia a través de sus ministros, los sacerdotes, los obispos y el papa.
Oración: Dios de amor y de bondad, ten compasión y paciencia con nosotros, háblanos al oído y al corazón. Permítenos escucharte en cada Eucaristía y en cada oración; danos el gusto por la lectura y la práctica de tu Palabra de amor. Envía tu Espíritu que nos explique desde lo más profundo del corazón y del alma, lo que Tú, con tu amor, tienes para decirnos.
María, intercesora nuestra, nos ponemos bajo tu protección y te pedimos que nuestra presencia, nuestras palabras y nuestras acciones sean luz en la vida de nuestros hermanos. Amén
Minutos de Amor 27 de julio de 2007
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