A la madrugada, Jesús fue
hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron andar
sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo: ¡Es un fantasma!. Pero
Jesús les habló, diciéndoles: “¡Calma, Soy yo: no tengan miedo!”. Entonces
Pedro le respondió: “Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el
agua”. “¡Ven!” dijo Jesús. Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar
sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo;
y como comenzaba a hundirse, gritó: “¡Sálvame, Señor!”. Al momento, Jesús lo
tomó de la mano y le dijo: “¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?”. En cuanto
subieron a la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca
se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron: “¡En verdad tú eres el
Hijo de Dios!”