Yo los amo a ustedes como el
Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en
mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor. Les hablo así para que se alegren conmigo
y su alegría sea completa. Mi
mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a
ustedes. El amor más grande que uno
puede tener es dar su vida por sus amigos.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no
sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer
todo lo que mi Padre me ha dicho.
Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les
he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el
Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen
unos a otros.