EL "SÍ" DE MARÍA

El "sí" de María es una opción radical. Su respuesta al ángel es un compromiso que involucra todo su ser y al que se mantendrá fiel por toda la vida. Ella aceptó el plan de salvación sin reservas y su decisión de hacer la voluntad de Dios fue irrevocable.
María, criatura humana pero totalmente libre de pecado, no cederá a la tentación del mal o del abandono. Por eso puede el Espíritu engendrar en ella, la mujer nueva, al hombre nuevo que es Cristo. El "sí" de María nos revela el rostro de Dios que valora al ser humano y lo invita a la amistad y a la solidaridad.
María nos enseña a evitar el verbalismo y el activismo que no están al servicio de Dios y del hombre. La relación entre los hombres empieza a ser realmente humana cuando, con la fuerza que viene de lo alto, se vence las potencias del mal que se oponen a la libertad, a la vida, al amor y a la dignidad del ser humano.
Dios aborrece la injusticia y defiende a los marginados, trastocando el orden establecido por la opresión del desamor, del egoísmo y de la explotación, según lo expresó María en el hermoso canto del Magnificat.
EL "sí" de María es una invitación a que realicemos también, y de por vida, la opción por Cristo en orden a construir un mundo más humano. Siempre tenemos que hacer opciones fundamentales como el matrimonio, el sacerdocio, una profesión... que se presentan como una oportunidad para dar nuestro sí según lo manda Dios con convicción, fidelidad y responsabilidad.
La tentación de abandonar los deberes está hoy a la orden del día. El sí se cambia en no con mucha facilidad y hay quien sostiene la imposibilidad de un compromiso o un amor de por vida. La respuesta de María debe ser nuestra ley vital. Hagamos siempre la voluntad de Dios y aprendamos de ella su servicialidad, disponibilidad y perseverancia. J.M.

Tomado de: SEMANARIO LITÚRGICO CATEQUÉTICO, diciembre 21 del año 2014